viernes, 11 de octubre de 2013

El amor que nunca existió - Segunda parte

   ¡Bueno, amig@s! Creo que me vais a matar pero, al final, voy a colgar el relato en tres partes. No penséis que soy mala persona, es que para colgarlo aquí se me hace largo, aunque se lea en un momentín. Además así hacéis porra, mientras tanto, sobre el final. Un beso y espero que os guste...

   Si el otro día fue una mirada... hoy es un roce...


El amor que nunca existió - Segunda parte

Cuando nos juntamos todos en el hall para entrar en el salón a cenar, todo había cambiado. Era algo sutil, imperceptible a los ojos de los demás, algo que solo él y yo sabíamos, algo que solo él y yo comprendíamos… pero algo que era real. Él me miraba fijamente y yo era incapaz de apartar la mirada. No necesitábamos hablar, nos buscábamos con las miradas… nos entendíamos con las miradas. De vez en cuando, cuando la gente nos mencionaba o esperaba nuestros comentarios despegábamos con dolor nuestras miradas para, después, continuar con aquel recién descubierto sentimiento en secreto… oculto a los ojos de todos nuestros amigos y nuestras parejas. Durante la velada, se hablaron de infinidad de temas dando, en cuanto teníamos la oportunidad, nuestra opinión, esperando que la del uno coincidiera con la del otro, como queriendo confirmar que nos entendíamos bien.
Cuando salimos a la terraza, para tomar unas copas, ocurrió algo, para mí, francamente excitante. Nos sentamos cerca pero no juntos. Era como si los dos tuviésemos miedo de que aquella magia pudiera romperse en algún momento si llegábamos a conocernos más; como si tuviésemos miedo de que lo que sentía el uno por el otro no fuese más que una ilusión que ninguno de los dos quería que desapareciese. Pero cuando llegó mi bebida, él se apresuró a cogerla, antes que nadie, para acercármela mientras me miraba directamente a los ojos y me encandilaba con su sensual voz. Levanté mis brazos para recoger mi bebida y algo ocurrió cuando mis manos se posaron sobre las suyas, que eran reticentes a soltar aquel vaso. En aquel momento todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo se concentraron en las yemas de mis dedos para entrar en contacto con aquellas suaves y firmes manos de dedos largos y poderosamente masculinos. Cualquiera que se hubiese fijado podría haberse dado cuenta de que aquel “inocente” contacto duraba más de lo necesario pero no fue así. Y finalmente, sosteniéndome la mirada mientras me sonreía de una forma que hizo que mi estómago convulsionara de placer, soltó lentamente el vaso, mientras entrelazaba imperceptiblemente sus dedos entre los míos.
A partir de aquel momento y durante todo el tiempo que duró nuestra estancia en aquel hotel mi corazón adquirió un ritmo frenético que fue incapaz de relajar. Mi cuerpo, mi pecho, mi alma… se habían llenado de una luz que hacía que me sintiese ridículamente feliz a todas horas y que hacía que afrontase mi, hasta hacía tan solo unos días, grisáceo futuro, con otros ojos y con otras expectativas.         
Pero llegó el día de la despedida. Cada uno volvía a su hogar y yo… yo no quería que aquello acabase nunca. Toda la alegría de los dos últimos días se transformó en angustia y una sensación dolorosa y de ahogo en mi pecho. Se me hacía prácticamente insoportable el respirar y temía que en cualquier momento mis lágrimas comenzasen a salir, sin poder hacer nada para evitarlo y me inquietaba que ya nunca más pudiesen parar. Nos reunimos en el hall del hotel para despedirnos y cuando bajaba por las escaleras él ya estaba abajo junto con su novia y otras parejas. Le busqué rápidamente con mi ansiosa mirada pero enseguida me encontré con la suya que me observaba casi con la misma angustia con la que yo bajaba. Algo en mi pecho se rompía por momentos y no era capaz de reaccionar. Cuando llegamos abajo la gente comenzó a abrazarse y despedirse con los dos besos de rigor mientras todos nos prometíamos volver a repetirlo en breve, debido a lo bien que lo habíamos pasado. Yo abrazaba y besaba a todo el mundo que, de repente, parecían una avalancha humana que me impedía llegar a él, y comencé a despedirme como si luchase contra todos ellos para que me dejasen llegar hasta mi objetivo. Mi único objetivo… Él…
Cuando por fin llegó nuestro turno me quedé paralizada frente a él sin saber qué hacer. Sentía que si le abrazaba toda la gente se iba a dar cuenta de mis sentimientos y tenía un pánico horrible a comenzar a llorar sin poder evitarlo. Él me agarró suavemente de las manos con las suyas y me acercó hasta su cuerpo deslizando suavemente las yemas de sus dedos por mis brazos para acabar acariciando mi espalda fundiéndonos en el abrazo más erótico y dulce que jamás pensé que pudiese existir. Y nadie miraba… Nadie se daba cuenta… Deslicé mis brazos alrededor de su cuello y me dejé llevar por aquel mágico momento. Me aferré fuerte a él, apoyé mi cabeza en su hombro y aspiré su aroma durante aquellos breves instantes mientras sentía todo mi cuerpo exquisita y firmemente rodeado por sus poderosos brazos. Me sentí protegida de todos los problemas que amenazaban con engullir mi vida.  Él hundió su cara en mi pelo mientras nuestros cuerpos se amoldaban con una perfección que asustaba y el mundo se paró en aquel instante. No podría decir cuánto tiempo estuvimos así pero no debió ser mucho porque cuando, al fin, él comenzó a separarse de mí nadie nos miraba. Tan solo nos quedamos unidos por las yemas de nuestros dedos mirándonos a los ojos. Sentía que él estaba tan confundido y perdido como yo y no fuimos capaces de decirnos nada. Tan solo aquellas miradas aturdidas que querían hablar pero no podían… no se atrevían… y nuestras yemas se fueron separando poco a poco mientras el bullicio de las despedidas volvían a cobrar volumen a nuestro alrededor para recordarnos dónde estábamos y qué era lo que ocurría. Mi novio agarró mi mano, con una gran sonrisa, para informarme de que nos quedaba un largo viaje de vuelta y que debíamos partir y yo acabé por girarme… e irme… mientras mi corazón se quedaba en aquel abrazo y en aquella mirada…
Y pasó un mes antes de que volviésemos a encontrarnos... Un mes en el que no pasó ni un solo instante en el que no pensase en él.

13 comentarios:

  1. Me he quedado atónita al leerlo, ha sido para mi, fantástico y muy hermoso. Que sensaciones más bellas transmite la chica al sentir con un solo roce mil descubrimientos tan importantes y tan mágicos que al fin y al cabo le es imposible olvidarlos. Son palabras que definen lo que siente, el miedo a que descubran sus sentimientos, sentimientos que antes de conocer al chico no sabía que podía sentir y por supuesto deseaba transmitir pero el miedo a que la descubran es más fuerte, y eso impide que de un paso más. Me ha gustado mucho y así mismo me gustaría saber como acaba todo y que es lo que pasará finalmente . Sin palabras me he quedado y con deseos de saber más.

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  2. Me he quedado atónita al leerlo, ha sido para mi, fantástico y muy hermoso. Que sensaciones más bellas transmite la chica al sentir con un solo roce mil descubrimientos tan importantes y tan mágicos que al fin y al cabo le es imposible olvidarlos. Son palabras que definen lo que siente, el miedo a que descubran sus sentimientos, sentimientos que antes de conocer al chico no sabía que podía sentir y por supuesto deseaba transmitir pero el miedo a que la descubran es más fuerte, y eso impide que de un paso más. Me ha gustado mucho y así mismo me gustaría saber como acaba todo y que es lo que pasará finalmente . Sin palabras me he quedado y con deseos de saber más.

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    1. Muchísimas gracias por tus preciosísimas palabras! Sin palabras me quedo yo ante tu comentario y no sabes la ilusión que me hace el leer tus comentarios. Son una maravilla!!! Un beso enorme para tí y espero que te guste el final! :)

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  3. Fantástico texto!
    Un beso,
    Nika

    Nueva entrada: http://eldenika.blogspot.com.es/2013/10/descansa-en-paz-maria.html

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    1. Muchas gracias Nika! Espero que te gusten y que te quedes por aquí! Un beso enorme!

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  4. Felicidades Maria Esther, me llega al corazón esa mezcla de emoción y miedo que siente la protagonista y sobretodo, felicidades por como escribes porque transmites toda la magia que tiene esos instantes que duran para siempre. Espero ansiosa la tercera parte ;)

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    1. Muchísimas gracias, Anele! Tus palabras me conmueven y espero de todo corazón que te guste el final! :) :)

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  5. Lo tuyo es crueldad premeditada!!! Me siento igual que la protagonista, esperando el reencuentro!!! Es una preciosidad cómo lo has contado, ese abrazo ♡ ♡ ♡ y lo bien que trasmistes sus sensaciones, el temor, la ilusión, los sentimientos a flor de piel... Ahora que ya sé cual es la única pega que yo le pondría y es que yo quiero que sea más largo!!!

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    1. Graciaaaaaaaassss, Marisa! Eres un sol! Me parto contigo y para más largo, la siguiente novela que ya estoy enfrascada en ella :P aunque ya sabes que soy un rato lenta... Un beso enorme y temblando estoy antes de colgar el final! :)

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  6. Esperando a la tercera parte
    .. ¡qué mervios!

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    1. Nerviosa estoy yo por si al final no te gusta!!!! Ahhhhhhhhh!!!!!!!

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  7. Hola María Esther, te he dejado una cosita para tí en mi blog.
    Besos

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