viernes, 4 de octubre de 2013

El amor que nunca existió - Primera parte

   Bueno, pues al final adelanto un poquitín el relato que escribí hace poco. Iba a posponerlo hasta que mi ganadora del concurso del "Mercadillo de segunda mano" lo leyera la primera pero hemos quedado para dárnoslo en mano (cosa que me hace una ilusión terrible) y falta un poco para eso (te advierto Marisa que, a lo mejor, nos vemos antes porque puede que tenga que ir a Toledo en breve y pienso llamarte para darte el libro y mi relato encuadernadito). 






El caso es que hoy os voy a poner la primera parte. Espero muy nerviosa vuestros comentarios porque yo creo que no es un relato romántico como tal... más bien sentimental... o dramático, y encima está relatado en primera persona cosa que siempre he creído que era muy difícil de hacer para llegar a la gente.
En fín, que no me enrollo más. Lo he puesto en dos partes porque me parece un poco largo para ponerlo entero en el blog. ¡Espero que lo disfrutéis!




La primera vez que le vi solamente pensé que era un chico guapo… muy guapo a decir verdad. Pero tampoco le di más importancia. De vez en cuando se ve alguno y piensas: ¡Vaya, fíjate en ése chico!
Éramos un grupo de parejas que nos habíamos juntado para pasar unos días de relax. Cada quién había invitado a sus amigos respectivos así que muchos no nos conocíamos entre nosotros y formábamos un grupo bastante numeroso dentro del hotel. La mayor parte del día se la dedicaba a mi pareja, como la mayoría, y luego nos juntábamos a ratos para charlar, reír e incluso hacer algún tipo de actividad o deporte.
No fue hasta el segundo día cuando todo comenzó. Fue uno de esos momentos que no se pueden explicar con palabras y que, todavía hoy, no logro comprender. Yo caminaba sola por el borde de la piscina abstraída en mis pensamientos. A decir verdad, acariciaba mi vientre ya que hacía escasos días me había enterado de que estaba embarazada y todavía no sabía si llorar o reír porque no tenía nada claro el rumbo que mi vida estaba tomando a una velocidad que yo ni había imaginado. Un bañista me salpicó y al levantar la cabeza de forma brusca por la impresión del agua helada, todo sucedió. Pude ver de refilón su figura y, supongo que ahí se habría quedado todo, si no hubiese sido porque al intentar volver a bajar la cabeza y recuperar mi ensimismamiento, me percaté de que me estaba observando y, sin saber muy bien qué hacía, supongo que casi por instinto, volví a levantar la cabeza, quedándome paralizada, al encontrarme con su magnética mirada en la distancia. Me observaba con los ojos perdidos, como si estuviese intentando desvelar algún misterio atrapado en mi interior que no atinaba a comprender y cuando, por fin, nuestras miradas se cruzaron directamente, él no intentó disimular que me observaba y yo… no fui capaz de apartar la vista. Fue, en ese preciso instante, cuando una energía electrizante y avasalladora me envolvió por completo y mi corazón comenzó a bombear la sangre en mi pecho de una forma casi dolorosa. Podía sentir el fuerte retumbar de los latidos de mi corazón en mis oídos y, por un instante, tuve el miedo ridículo de que alguien cercano a mí pudiese llegar a oírlos.
 Pero, entonces,… el resto del mundo dejó de existir a nuestro alrededor y yo sentí que conectábamos de una manera sobrenatural. Solo existíamos él y yo y una especie de aura que nos envolvía alejándonos de la realidad y haciendo que todo aquello pareciese un sueño. Sé que ya le había visto pero fue la primera vez que le miraba en realidad. Su pelo negro como el azabache y rizado, sus espesas cejas que se elevaban hacia el centro de su rostro como preguntándose algo y, confiriéndole así, un cierto halo de tristeza que se veía rebatido por la luz de sus grandes ojos negros; una luz intensa y alegre, llena de vida, rodeada de unas largas y espesas pestañas que enmarcaban más aún aquellos magníficos luceros. Y sus labios, sensuales y llenos, atraían a las yemas de mis dedos, de una manera casi hipnótica, para que los tocase… para que los besase…
En ese momento, sus amigos le agarraron del brazo para reclamarle y yo salí bruscamente de aquel aturdimiento momentáneo. Él apartó, de forma perezosa, su mirada de mí para unirse al juego en el que estaba metido con sus compañeros, mientras yo intentaba coger el aire que mis pulmones me habían negado durante ese breve instante y trataba, frenéticamente, de volver a la realidad. Fue un momento fascinante y mágico que tan solo él y yo percibimos… De hecho, me sorprendió que, cuando traté de continuar con mi paseo como si nada hubiese sucedido, nadie parecía haberse dado cuenta de aquello. El mundo seguía como si nada y, sin embargo, toda mi alma y mi cuerpo acababan de sentir la sacudida más fuerte de todo mi existir. Incluso me llegué a asustar por haberme sentido, durante unos instantes, infiel a mi pareja. Enfadada conmigo misma por el rumbo absurdo que estaban tomando mis pensamientos me alejé de allí diciéndome que todo había sido una ilusión de mi cabeza y que, tal vez, él no había vivido ese instante como yo. Tal vez…
Esa tarde me sorprendí arreglándome como no lo hacía desde hacía mucho tiempo. Mientras me maquillaba con esmero vi la imagen de mi pareja reflejada detrás de mí en el espejo. Él estaba tumbado en la cama viendo un partido de fútbol y, de repente, me encontré a mí misma preguntándome por mis sentimientos hacia el hombre con el que compartía mi vida. ¿Por qué ya no sentía aquel bonito cosquilleo en la tripa cuando le miraba? Supuse que eran los crueles y devastadores efectos de la rutina porque lo cierto es que yo le quería…pero sentía mi vida apagada y atrapada en una espiral de acontecimientos que iban más rápido de lo que a mí me hubiese gustado. Yo era consciente de que ya no me arreglaba para él y de que hacía tiempo que había pedido la ilusión… Ilusión… La ilusión que ahora mismo sentía…La ilusión por volver a ver a aquel chico y confirmar que realmente “algo” había ocurrido entre los dos; “algo” que no había sido solo producto de mi imaginación; “algo” que ni yo misma era capaz de explicar…
Y esa tarde lo confirmé…

14 comentarios:

  1. Me ha encantado esta primera parte del relato y me he quedado con las ganas de saber que es lo que pasa por favooooooooorrr! Es precioso y hay mucho sentimiento en las líneas del mismo y me ha hecho reflexionar la verdad!, porque abunda, aparte de los sentimientos, hay misterio sobre lo que siente la chica como la duda y las emociones. Es muy bonito. Felicidades Maria Esther.

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    1. Ay, Samanta! Gracias por estar ahí y por tus apasionados comentarios! Me gusta leer tus opiniones y tus reflexiones!
      Y sí, es un relato de sentimientos puros y duros.. los de una mujer cuando duda... lo que puede llegar a sentir una mujer... Espero que te guste el final del relato y espero tu comentario como agua de mayo! Un beso enorme!

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  2. Ayyy María Esther, no sé si tengo más ganas de que continúes con el relato o de que vengas a Toledo!!! ^_^

    Me ha parecido muy bonito, emocionante y triste a la vez, pero con esa tristeza que conmueve. Has hecho que sea muy fácil comprender a la protagonista que está en una situación muy complicada... Y deseando ver como sigue ♡ ♡ ♡

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    1. Nos voy a titular... ¡siempre nos quedará Toledo! Ja,ja,ja! A ver si puede ser!
      Y es cierto que es un relato triste pero con una alta sobrecarga de sentimientos y emociones! Y también espero que se entienda lo duro de la situación para ella y entendáis su decisión! Qué nervios! Un besazo enorme! :)

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  3. Antes de nada, he de admitir que no leo mucha romántica ya que me resulta de lo más predecible, si bien eso no quita que me haya sorprendido e incluso gustado en la situación en la que has puesto a la protagonista, fuera de tópicos y clichés, me gusta eso y es por lo que espero con ansia la segunda parte. Buen trabajo, querida. :)

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    1. Querida Chris! Antes que nada, decirte que me encanta tu sinceridad y tu comentario. Después... pues que me encantaría tenerte una tarde para mí solita para cambiar tu opinión de la novela romántica. Sí que es algo predecible (de hecho, en la definición del género dice que tiene que ser una historia de amor con final feliz entre los dos protagonistas) pero no se lee romántica por eso. Se lee romántica para evadirse del mundo real (que ya tiene bastantes desgracias), para sentir lo que sienten los protagonistas, para vivir sus aventuras y su historia de amor... para volver a la realidad con una enorme sonrisa en los labios y con las pilas cargadas para enfrentarte de nuevo al mundo... No sé si me explico. Espero que te quedes por aquí para que me dejes convencerte! Mientras.. un beso enorme y espero con ansias tu comentario de la otra parte del relato! :)

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  4. María me ha encantado y dejas con ganas de más... creo que has sabido plasmar estupendamente la duda que siente la protagonista y te dejas llevar por la magia de aquellas miradas furtivas... aveces, hay momentos que pueden durar tan solo un segundo y que mueven todo por dentro.
    Maravilloso guapa

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    1. Gracias Anele! Y más viniendo de ti, que me encanta cómo escribes! Pues sí, todo esto va de pequeñas cosas que son capaces de mover montañas por dentro y que parecen insignificantes por fuera! Espero que te guste! Un beso, guapa!

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    2. Maria Esther, me encanta tu forma de relatar que me zambulle en la historia por completo. Estoy deseando saber como sigue.
      No suelo leer muchos relatos de otros blog, no por no querer sino porque apenas tengo tiempo, pero el tuyo siempre lo sigo.
      ¡Ah, por cierto! Odio hacer esto porque no me gusta presionar jejeje, pero porfi porfi porfi porfi... continua con tu maravillosa novela de "El pecado" que ya está cerca el final y me tiene intrigadísima jajaja
      Un besote

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    3. Gracias por compartir un trocito de tu ajetreado tiempo conmigo, Anele! Yo también me agobio a veces porque me falta tiempo y sé lo valioso que és! Por eso que estés aquí se hace más preciado! Un besote!

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  5. Breve pero intenso. Un besín, soñadora.

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    1. Gracias corazón!!!!! Eres un sol! Un besote enormísimo!

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  6. Estoy deseando leer el final. Me encanta!!!!!

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