jueves, 17 de mayo de 2018

LAS HIJAS DEL CAPITÁN. MARÍA DUEÑAS.


Autora: María Dueñas
Editorial: Planeta
Género: Ficción contemporánea

SINOPSIS

Nueva York, 1936. La pequeña casa de comidas El Capitán arranca su andadura en la calle Catorce, uno de los enclaves de la colonia española que por entonces reside en la ciudad. La muerte accidental de su dueño, el tarambana Emilio Arenas, obliga a sus indomables hijas veinteañeras a tomar las riendas del negocio mientras en los tribunales se resuelve el cobro de una prometedora indemnización. Abatidas y acosadas por la urgente necesidad de sobrevivir, las temperamentales Victoria, Mona y Luz Arenas se abrirán paso entre rascacielos, compatriotas, adversidades y amores, decididas a convertir un sueño en realidad.

Con una lectura tan ágil y envolvente como conmovedora, Las hijas del Capitán despliega la historia de tres jóvenes españolas que se vieron obligadas a cruzar un océano, se asentaron en una urbe deslumbrante y lucharon con arrojo para encontrar su camino. Un tributo a las mujeres que resisten cuando los vientos soplan en contra y un homenaje a todos aquellos valientes que vivieron ―y viven― la aventura, a menudo épica y casi siempre incierta, de la emigración.

OPINIÓN PERSONAL

Grande María Dueñas. Parece que todo lo que toca, o en este caso lo que escribe, tiene éxito.
Desde que salió a la venta la novela, me ha llamado la atención. Su sinopsis, el tema que trata, la portada y como no, el saber que si lo ha escrito María Dueñas tiene que ser bueno. Pues no me equivoqué.
Las hijas del capitán aborda el tema de las miles de familias que, desde el viejo continente, emigraron a Estados Unidos a principios del siglo XX en busca de un futuro mejor.



En una España aún muy rural, con un pueblo descontento tanto política, social como económicamente, la emigración a las grandes ciudades y a otros países fue la salida más fácil y más difícil a la vez.

La autora nos cuenta la historia de una de tantas familias que emigró desde España buscando un futuro mejor.

Emilio Arenas, padre de familia y buscavidas donde los haya, decide sentar la cabeza después de muchos años de idas y venidas y convence a su familia de emigrar a Nueva York  donde él ya lleva unos años viviendo.

Y allí que se van su mujer Remedios y sus tres hijas, Victoria, Mona y Luz. Éstas, totalmente en contra de su voluntad, son arrancadas del mundo en el que viven para ir junto a un padre al que apenas conocen y a un lugar que les es totalmente ajeno.

La muerte del padre al poco de llegar ellas, les hará tener que tomar las riendas de su vida para salir adelante y sobrevivir en una ciudad y una sociedad completamente diferentes a lo que ellas han vivido.

Con una ambientación impecable fruto de un trabajo de investigación incuestionable, la autora nos sumerge en el Nueva York de los años 30. En concreto en esos barrios neoyorkinos habitados por emigrantes españoles que llegaron a crear un microcosmos, una pequeña España al otro lado del charco.



A través de sus palabras, no sólo conoceremos esos barrios que se llegaron a conocer como Little Spain, sino también el Nueva York más lujoso, sus grandes y míticos hoteles, sus salas de fiesta más emblemáticas y el día a día de sus habitantes por sobrevivir en esa gran urbe y cumplir el sueño americano.



Sólo puedo añadir que es un lujo y una delicia sumergirte en esta gran historia, que aunque ficticia, plasma muy bien las vidas de aquellos emigrantes que lo dejaron todo para dar a los suyos un futuro mejor. 

Feliz lectura.





2 comentarios:

  1. Hola, y yo que no me atrevo con esta autora...no sé porque pero no me llama nada la atención lo que ha ido sacando, ni siquiera "El tiempo entre costuras" que tanto éxito tuvo me animo a darle su oportunidad, luego mi madre lo leyó y no le pareció gran cosa, así es que nada andamos en las mismas. A ver si me animo algún día. Saludos.

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  2. Hola.
    Me alegro de que te haya gustado tanto, y que te haya llegado, pero no me animo, no creo que sea una novela de las que me puedan gustar, quizas mas adelante, por ahora no me apetece.
    Besotes
    Alea Jacta Est

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